Los delitos contra la libertad sexual constituye uno de los más graves al afectar a la integridad física y psíquica de las personas que pueden llegar a sufrir estrés postraumático.
El aumento de pornografía a edades muy precoces ha supuesto que muchos formen una identidad sexual, no en base a una previa educación sexoafectiva que se ha de impartir en el hogar y en los centros escolares, sino en base al visionado de imágenes que pueden llegar a ser violentas y vejatorias.